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IA para estudiantes ¿Aliada o atajo injusto?

El debate está instalado: la IA para estudiantes está generando revuelo entre estudiantes, docentes y padres.
Mientras algunos consideran a la inteligencia artificial un complemento que ayuda a los estudiantes en el aprendizaje, otros la ven como una trampa que limita el esfuerzo personal.
Lo cierto es que las nuevas generaciones están aprendiendo con toda una serie de herramientas disponibles y no se puede negar su uso.
Estas nuevas tecnologías automatizan tareas, ofrecen respuestas inmediatas y brindan una amplia variedad de funciones para mejorar nuestra efectividad a la hora de completar tareas escolares y académicas.
Pero ¿Dónde está el límite entre usarla para aprender y depender de ella para evitar el esfuerzo? En este post, exploramos los usos correctos e incorrectos de la IA en el estudio ¡Sigue leyendo!
¿Cuáles son los «malos» usos de la inteligencia artificial?

La inteligencia artificial puede convertirse en una trampa cuando se utiliza como sustituto del aprendizaje real. Veamos algunos de los más comunes:
- Pedirle al Chat GPT la redacción de un ensayo completo y entregarlo sin leerlo: Este es un gran ejemplo del «mal» uso de la IA. Mediante este uso de la tecnología, se desincentiva la reflexión crítica, empobreciendo las habilidades de redacción del estudiante.
- Copiar respuestas automatizadas en exámenes: Tanto para exámenes en línea o tradicionales, utilizar la inteligencia artificial para copiar y pegar respuestas puede ser una mala idea. Algunas plataformas de IA pueden resolver problemas de matemáticas o física paso a paso, lo cual es útil para aprender, pero si el estudiante copia el resultado sin intentar entenderlo, pierde una valiosa oportunidad de crecimiento académico.
- Parafrasear textos y evitar el plagio detectado por software: Este es otro uso frecuente que muchos estudiantes hacen de la IA. En estos casos, aunque parece ingenioso, es otro forma de evasión del esfuerzo que no fomenta la creatividad ni el pensamiento propio.
- Crear resúmenes de libros sin leerlos: En estos casos, la IA funciona negativamente, ya que afecta la capacidad de análisis y comprensión lectora, dos habilidades clave para cualquier nivel educativo.
En todos estos casos, la inteligencia artificial funciona como un apoyo, una muleta y no como una herramienta. De esta manera, impide el desarrollo del conocimiento y el mejoramiento de habilidades.
¿Qué podemos hacer los adultos para guiar su uso?
Los adultos, tanto padres como docentes, tenemos que reconocer que la IA ya es parte de nuestro entorno.
Esta tecnología está siendo utilizada por estudiantes en la escuelas, universidades y academias. Por lo tanto, prohibirla no tiene sentido.
En cambio, podemos promoverla bajo un uso responsable, enseñando a los estudiantes a usarla como complemento, no como reemplazo.
Aquí van unas ideas para guiar su uso de forma responsable:
- Integrar la IA en el proceso de aprendizaje: Por ejemplo, los profesores pueden pedir a sus alumnos que usen estas herramientas para generar ideas, pero luego deben analizarlas, corregirlas o mejorarlas. Así se promueve el pensamiento crítico y el desarrollo de criterio.
- Establecer reglas claras sobre qué se considera uso adecuado e inadecuado: Esto incluye explicar por qué copiar trabajos hechos por una IA no es lo mismo que aprender con su ayuda.
- Conversar con los estudiantes sobre ética digital: Esto significa abrir el debate sobre ¿Por qué es importante ser honestos con nuestro proceso de aprendizaje? ¿Cómo influye eso en la autoestima, en la confianza propia y en las relaciones con los demás?
- Capacitar a los docentes: Si los docentes comprenden el funcionamiento básico de estas herramientas, podrán detectar un uso incorrecto y, al mismo tiempo, enseñar cómo sacarles provecho de forma didáctica y segura.
- Ser el ejemplo: Si los adultos usan la tecnología de forma consciente y equilibrada, los estudiantes tenderán a imitar esa actitud.
IA para estudiantes: Herramienta sí. Sustituto, no.

El debate sobre si es trampa o no el uso de la inteligencia artificial en estudiantes, no tiene una respuesta simple.
Sin embargo, hay algo claro: la clave está en cómo se usa. De esta forma, si se usa como un atajo para no estudiar, sí es trampa.
Pero si se utiliza como herramienta para comprender un concepto, profundizar en un conocimientos o mejorar la escritura, puede ser una aliada poderosa.
En este punto, es fundamental la guía que puedan darle los adultos. Si los docentes y padres están preparados para enseñarles a utilizar la IA de forma responsable, podrán convertirla en su aliada.
Si no lo hacen, existe el riesgo de caer en su trampa y empobrecer su aprendizaje.
En definitiva, el «mal» no esta en la herramienta, sino en lo que decidas hacer con ella ¡Esperamos que este debate te sirva!